Esta acción hay que encuadrarla durante la guerra que sostuvo el Imperio español contra las Provincias Unidas entre los años 1568 y 1648, más conocida como Guerra de los 80 años o Guerra de Flandes.

Tras el fin del asedio de Amberes en Agosto de 1585 el Duque de Parma (Alejandro Farnesio) decidió enviar a los Tercios en ayuda de las poblaciones católicas oprimidas por los protestantes en las islas de Holanda y Zelanda.

Grabado de la Batalla de Empel, en diciembre de 1585, por Frans Hogenberg y Georg Braun

Unos 5.000 infantes al mando de Francisco de Bobadilla llegan a la isla de Bómel, situada entre los ríos Mosa y Waal. Para enfrentarse a ellos el Almirante Holandés Holak situó 10 navíos entre el dique de Empel y Bolduque (Hertogenboch), sitiando así a los españoles. Dada su superioridad táctica, Holak propuso una rendición honrosa al de Bobadilla, la respuesta fue clara: “Los soldados españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”. Ante esta respuesta el almirante rebelde ordenó abrir los diques del Mosa inundando rápidamente la isla de Bómel, los hispanos tuvieron el tiempo justo para subir al pequeño monte de Empel. Con 5.000 almas apiñadas en ese monte con la ropa húmeda, casi sin comida ni leña, la flota protestante comenzó a disparar con todo lo que tenía sobre Empel.

El día 7 de diciembre la situación era desesperada para los españoles. Según cuenta la tradición, un soldado encontró, cavando una trinchera, una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción.

"La Virgen de Empel" por Augusto Ferrer Dalmau

Esto y el hecho que era la víspera de la Inmaculada levantó la moral de las tropas, las cuales le hicieron un improvisado altar a la imagen sobre una bandera con la cruz de Borgoña y entonaron un Salve.

Con la moral alta, el Maestre español propuso una última carga contra los holandeses, utilizando para cruzar el desbordado curso del Mosa las pocas barcazas que tenía. En la noche del 7 al 8 ocurrió un suceso que no pasaba, ni pasará en mucho tiempo, un viento helador comenzó a soplar. Las aguas desbordadas del Mosa que rodeaban la isla de Empel se helaron y los españoles se decidieron a atacar los barcos rebeldes que se habían quedado inmóviles por el hielo. Tal fue la furia del ataque que los españoles quemaron todos los barcos holandeses. El día 9 los hispanos volvieron al ataque contra un fuerte que tenían los rebeldes en la orilla del Mosa.

Milagro de Empel por Jordi Bru

Tan contundente fue la victoria que el Almirante Holak llego a decir: “Tal parece que dios es Español”.

Las Figuras.


Están basadas en un cuadro del pintor español Augusto Ferrer-Dalmau, donde se muestra a los soldados sacando en procesión a la imagen de la Inmaculada encontrada en el monte de Empel.

"El milagro de Empel" por Augusto Ferrer Dalmau

La figura que representa al Capitán de los Tercios es de la marca Getorix a 54 mm. y fue modelada por Antonio Messeguer.

Y la figura del monje es de la marca Semper Fidelis a 75 mm. y modelada por Francesc Ambrós.

Ambas pintadas con acrílicos.

Elías Ríos

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