El 1 de Junio de 1921 caía el puesto avanzado de Abarran, con él comenzaba lo que se ha conocido como el desastre de Annual. Aunque antes de que cayese este puesto del territorio de Melilla, como fichas de dominó fueron cayendo una serie de fuertes y posiciones avanzadas que durante años el ejército español fue creando para adentrarse dentro del territorio que tenía a su cargo por acuerdo internacional.


Estos puestos no eran más que frágiles construcciones aisladas, normalmente en lo alto de un cerro o en un cruce de caminos, la mayoría sin agua potable a su disposición, por lo que debían a diario ser abastecidas desde otros puestos que si la tenían, las famosas “aguadas”. La guarnición, un puñado de hombres al mando de un sargento o teniente, que temían en todo momento ser victimas de los ataques nocturnos o de tiradores escondidos de las cabilas rebeldes que circundaban estos puestos.




Con la caída de Abarrán, al día siguiente se produce la de Sidi Dris . Inmediatamente se dictaron ordenes para reforzar la línea avanzada y ocupar diversas diversas posiciones. Una de ellas fue Igueriben, situada a vanguardia de la posición de Annual, sin agua potable a su disposición estaba en la cima de una colina entre profundos barrancos. El puesto fue ocupado por el regimiento Ceriñola y en seguida se comprobó que una loma cercana, la denominada de los Arboles podría ser un peligro para dicha posición, dado que desde allí se podría disparar impunemente contra la misma. El ocuparla era necesario, pero al final se estimó por parte de los altos mandos que esta no era tan importante, con lo cual se dio tiempo suficiente para que los rebeldes se hicieran con ella y así con una posición privilegiada con la que hostigar a las fuerzas españolas, las cuales intentaron tomarla infructuosamente, incluso usando aviación.



La loma se perdió definitivamente gracias a la artillería y tropas que Abd el Krim utilizó para su defensa, cuyas fuerzas se calculan en algo más de 4.000 hombres. Mucha de esa artillería y fusiles eran españoles, capturados durante los asedios de Abarran y Sidi Dris.



Empezaba la agonía de Igueriben, que se vería cercado, cortado de la aguada y dependiente para todo de convoyes procedentes de Annual.



Así el 17 de Julio salió de Annual un convoy de suministros protegido por Policía Indígena y el 2º Tabor de Regulares de Melilla. Al llegar a Igueriben, de inmediato la columna fue acogida por nutridos disparos de los cabileños hasta el punto de ser detenida. El oficial al mando hizo un esfuerzo supremo y alcanzó la posición con parte del convoy. Una vez entró el último mulo tuvieron que replegarse precipitadamente.



Aunque este convoy supuso un alivio para los sitiados muchas cubas de agua habían llegado acribilladas y habían perdido su contenido. Mientras tanto, la artillería de Abd el Krim seguía convirtiendo en un infierno la vida en el interior de la posición.



El día 19 se volvió a realizar otro intento de aguada, que acabó en desastre ante los intensos disparos de los cabileños que diezmaron al 1er. Tabor de Regulares de Mellilla. Viendo el mando que la situación no mejoraba se enviaron más fuerzas a Igueriben, esta vez cinco compañías del Regimiento San Fernando nº11.



Al final, comprendiendo la difícil situación que se libraba en Igueriben y el peligro que suponía su caída para la zona, el 21 de Julio, el mando se decidió a enviar una fuerza para intentar desalojar a los cabileños de la loma. Esta fuerza estaba formada por Regulares, compañías de San Fernando, Policía Indígena y harcas amigas.



La cuestión es que los cabileños fuertemente atrincherados en la loma no cedieron un palmo y los primeros en flaquear fueron los de las Harcas, y al poco, las fuerzas de la Policía Indígena. Al final los Regulares no pudieron mantener la situación y también se replegaron hacia Melilla. El ataque había fracasado y la guarnición de Igueriben, en ese momento al limite de sus fuerzas, sin agua, munición ni esperanza alguna de ser relevados no tuvo más opción que dejar la posición y más aún cuando vieron a los rifeños apostados en la loma y terrenos de alrededor lanzarse al ataque comprendiendo lo desesperación de los defensores.



Los pocos supervivientes llegaron a Annual en unas condiciones lamentables, completamente extenuados y en un estado de “delirio mental y confusión de ideas muy pronunciado”.



Es inimaginable desde la visión actual ni siquiera pensar el sufrimiento físico y mental que tuvieron que pasar estos compatriotas que quebró totalmente su espíritu. Un espíritu el de aquellos españoles de principios de siglo, duro y acostumbrado a todo tipo de penalidades y carencias.



Una vez refugiados en Annual, comenzó la defensa de esta posición que ya es historia.

Las levas heroicas de Igueriben – Augusto Ferrer Dalmau

La viñeta es una interpretación libre de lo pintado por el gran maestro Ferrer Dalmau en su lienzo “Las levas heroicas de Igueriben”. No buscaba hacer un calco exacto del cuadro, sino formar una pequeña escena en la que se viera la defensa que los hombres del Regimiento Ceriñola y San Fernando hicieron en esa posición y que a su vez fuese un homenaje a estos compatriotas que lo supieron dar todo en una época difícil de la historia española.

Composición de Txema Ojer

Las figuras fueron modeladas en un tamaño de 70 mm. A mi gusto, el ideal, ya que permite un mejor detalle que las figuras de 54 mm, pero sin llegar al 75 mm que requiere más tiempo y precisión en modelado y posterior pintura.


La pintura de estas figuras y de la ambientación corrió a cargo de Juan Francisco Estévez Piriz, el cual ha conseguido con su maestría habitual y dominio de los tonos, acercarnos a ese momento exacto del combate, con su dramatismo y tensión.




Antonio Meseguer

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Excellent work!!!